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| Ilustración recibida desde Twitter @CVLM_ |
En el negocio de las Artes Gráficas, es común encontrarse con clientes que piensan que el diseño de su publicidad lo puede hacer cualquier persona, incluso ellos mismo y creen que NO se justifica pagar a un diseñador profesional para que elabore este trabajo. Me pregunto si estos clientes estarían dispuestos a que un curandero lo auscultara, o que un dentista le construyera su casa, o que un psicólogo le llevara su contabilidad. No señores no creo que cometan semejante disparate y sin embargo lo más común hoy en día y a lo que más se enfrentan y a los que más terror le tienen los impresores, es a la clásica frase: "ya tengo el diseño, los hice en una tarde y eso que no soy diseñador".
Por favor dejen que los profesionales se ocupen de sus proyectos y paguen o cobren lo justo por el servicio que reciben o dan, valoremos las profesiones de nuestros colaboradores y de nuestros proveedores.
Si piensas que esto no es necesario, entonces clientes, diseñadores e impresores, terminarán en las colonias Obrera o Algarín*. "Suerte".
"No porque tengas un programa de diseño te convierte en diseñador. Así que: No porque compres un bisturí te transformarás en cirujano."
RgL
* La Obrera y la Algarín son dos colonias en la Ciudad de México donde se ubican negocios que brindan servicios lo mismo de serigrafía, impresión offset, impresión digital, lonas, ploters, tarjetas de presentación, diseño gráfico, servicios de corte en guillotina, acabado, negativos, salida a placas, floxografía, grabados, suajes, artículos promocionales, tintas, aplicación de barniz UV, etc. etc. La competencia es tan brutal que todos se están haciendo el harakiri porque de un establecimiento a otro los precios varían hasta en un 50% y no les importa privilegiar el valor de su actividad. Aquí deberían de acudir todos aquellos clientes que quieren pagar cacahuates por un servicio. Les garantizo que recibirán trato de monos. Claro con honrosas excepciones.
